Esta semana el candidato y ex – Presidente, Alejandro Toledo, lanzó un par de propuestas interesantes que daban luces sobre las probables medidas que adoptaría, en un hipotético 2º gobierno suyo, respecto a la legalización de las drogas y al aborto.

No obstante, al día siguiente de manifestar su posición a favor de la legalización de las drogas y la libre decisión del aborto - por parte de las mujeres -, el candidato peruposiblista se rectificó públicamente.

Sobre el primero de estos temas - la legalización de las drogas – el candidato Toledo se rectificó ante la prensa, respecto a su posición inicial, señalando que ya no se trataba de una propuesta en pro de la D-E-S-P-E-N-A-L-I-Z-A-C-I-O-N de las drogas, sino más bien de una despenalización de su consumo; evidentemente el candidato no recuerda que el consumo no está penado en el Perú; en todo caso no era lo más conveniente negar descaradamente lo ya afirmado.

Sobre el aborto, mostró una posición mucho más light en su rectificación, ya no era su inicial postura a favor que la mujer decida sobre su cuerpo, sino únicamente se optaría por el aborto en ciertos casos que aquí no detallaremos, pues mañana podría cambiar nuevamente la versión.

Cómo es que un candidato que ha comenzado a obtener una clara preferencia en el electorado puede cometer errores tan graves como este; de un momento a otro, y por causa de estas declaraciones al parecer no meditadas, toda la prensa se ha ocupado del evidente cambio de posición en un sólo día.

Mi idea, desde la última encuesta de Apoyo, es que con tres candidatos fuertes (Toledo, Keiko y Castañeda), más Humala un poco más rezagado y PPK alrededor del 5%, hay demasiada dispersión del voto como para que vayan a haber cambios bruscos de posición ahora. No obstante, creo también que - sobretodo en el caso de Toledo – son los propios errores de los candidatos los que lo pueden hacer trastabillar y perder el paso. Sumado eso al aprovechamiento político del error del candidato, léase este tema ha hecho que Toledo sea piñata de los demás aspirantes al sillón presidencial.

Ahora, creo también que el error de Toledo es el que quizá tienen muchos candidatos: sólo saben ser candidatos, sólo saben utilizar correctamente su capital político para obtener el poder; pero una vez obtenido este, no saben ser gobernantes, pierden ese encanto que los hizo ganar y se banalizan. Dejan de lado la prudencia, la meditación y la inteligencia, o simplemente no escuchan al sacrificado asesor de imagen.

Creo que el candidato Toledo, al ver una interesante ventaja, se siente cerca del poder nuevamente y, recordemos amigos, lo que sucedió la última vez que Toledo estuvo en el poder: sus errores y antipatía casi le cuestan, en determinado momento, la vacancia y de hecho le costaron una general muy baja aprobación ciudadana.

Detrás de este tema están 2 problemas de fondo: 1) la ya citada falta de reflexión respecto a lo que se dice, lo que en buena cuenta confirma lo referido por este autor en un post anterior de este blog, los candidatos no llegan una idea clara que hacer en el gobierno; y 2) los candidatos no dicen la verdad, la mentira es sinónimo de la propuesta electoral, tanto que ya ni siquiera se espera a ganar para rectificarse, de este tema final nos ocuparemos en un próximo post.